lunes, 19 de marzo de 2018

Ouroboros

Mastico un reptil; ya me había comido toda la cola de la serpiente. No fue por hambre; era de rabia y ansiedad. Ella, en un momento donde estuve ausente, aceptó recibir cariño de alguien más. Conozco ese tipo; no tiene nada que ver contigo. Ésto, este dolor no tiene sentido. Busco definir su cara; reconocerla como lo reconozco a él. Ahora todo es más nítido; ella no era mi presente; ella era del pasado. Ya no me importa el pasado. La cabeza de la serpiente cae sobre el jardín. La pensé muerta pero abrió los ojos y se lamió el rostro para luego seguirme los pasos mientras la dejaba atrás.

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