jueves, 26 de agosto de 2010

98



Me sorprende como aparecen los recuerdos bajo la ducha minutos antes de salir a trabajar. Como había dejado de lado ese 98 tan extraño;
Las noches de wisky y habanos en el living de X; Rodeados de botellas de CocaCola a medio tomar y ya sin gas;
Cramberries, Cat Stevens... Guitarras y un cassette de Silvio Rodriguez que jamás devolví.
Un item que me lleva a la Noche Jipi y un Amanecer Helado que comparti con María y Rodrigo. ( como empecé a odiar a los Jipis de 16 años, a cualquiera de 16 años.)

Que tonta es la tristeza de un adolecente.

¿ Que es lo que hace que todo se sienta tan agudo como catastrófico?
¿ Es un reordenamiento químico? Seguro un desbordamiento Hormonal.
¿ Que te inspira a mutitarte luego de una negativa?
¿ Quien es tan importante como para que toques ese timbre de atención?

A los pendejos les cuesta lidiar con el desprecio.
Y digo pendejos mas allá de cualquier edad. Es simplemente un estado mental.

Fue así como recibí la llamada de Cecilia llorando y pude entender entre el lloriqueo que Ruth se había cortado las muñecas en la Playa Ramirez.

Que imbécil.
Que estúpido que fui al reaccionar frente a todo eso.

Ahora con menos detalles puedo recordar la noche anterior:
Esas salidas de vinos baratos e intoxicación.

Nos sentamos en un banco del Parque Rodó.
Ella estaba rara; Muy afectuosa; Mas de lo común.
Un abrazo que se siente como despedida.

_ ¿ Me estas diciendo adiós?
_ Si.
_ ¿ Que mierda vas a hacer?

Ella sonríe.
Se asoman sus dientes: esa sonrisa burlona, infantil... estúpida.

_ Dejate de estupideces. ¿ Me oíste?

Se ríe y deja de mantener la mirada.
Cambia el rumbo de la conversación y en unos minutos nos relajamos en un abrazo.
Siento que tengo todo bajo control.
Que ella se siente mejor.
Yo la hice sentir así...

Hasta que llego la duda.
Hasta que llegaste vos.








[]

sábado, 21 de agosto de 2010

PaPá

Días después, ya no recuerdo como llegue, pero ahí estaba:
Era como el cementerio "Parque del Recuerdo".
Un montón de desconocidos vistiendo negro sentados frente a mi.
Otros pasaban desde mis hombros dejando recuerdos, elementos rotos e irreparables en una fosa. Un par de mujeres discuten sobre las flores que le habían enviado a Papá...

Es el entierro de Papá.

Todos esperan en un momento donde sigo sin entender.
Esperan que lo sepulte y yo... no sabia...
Ayer estaba bien. Hoy no esta. No lo vi...

Lloro.

Apenas puedo tomar la pala.
Todo es tan pesado. No encuentro fuerzas para sostenerme, menos para levantar una pala.
No. No puedo estar mas ahí con todo eso, con todo ese peso.

Marcho, camino cada calle con una pena imbancable.
Con todo lo que debería haber dicho.
Con todo lo que no dije, ni hice.

Me voy donde conmigo pueda alejarme... Aparezco en el Tres Cruces.
Y justo en la puerta donde paran los taxis pasa Papá con el auto para llevarme a casa.

Lloro.
Despierto.
Y lloro aliviado.









[ te quiero]

sábado, 7 de agosto de 2010

Los Globos Bombarderos.

El recuerdo se va esclareciendo cuando visualizo los pasos de Martín y Fede mientras que caminamos de excursión. Un paseo callado y bien lejos a una distancia necesaria de nuestros " yo mismos" urbanos.
Buscamos intimidad: cuanto mas lejos estemos mas cerca estaremos. ( Si: de nosotros)
El piso estaba poco solidario; Siempre húmedo entre el barro y pozos inevitables.
Casi de noche, el sol se sentía en la piel luego del largo rato a pie;

Martín bronceado.
Fede de shorts y riñonera, seguramente ahí tenia el protector.
Y yo blanco. Tan blanco que iba a doler. Tan blanco que tenia que volver.
Siempre tengo que volver: cada vez que me voy, que me he ido, volví.

Necesito un viaje que me lleve bien lejos.

Las únicas palabras son de despedida. Y así los veo caminar de espaldas a unos metros de mi camino de retoceso. Esperando que un bondi-tren: un astrotren me lleve de regreso.

Ya en la ciudad todo era diferente;
Un sol de primavera puede hacernos feliz.
El tres cruces y la playa estaban a una cuadra de distancia entre ellos.
En el parque, cerca de los arboles, un grupo de chicas muy bonitas.

Miro el cielo y aparecen las nubes mas raras que había visto hasta ahora;
Una masa móvil de granos de choclo plateados. Cada grano era inmenso, y se iba separando del que tenia a su lado: colapsan y explotan en el suelo como un bombardeo.
Globos de todos los colores derriban el tres cruces con el poder de misiles.

¿Sera un festejo que habrá salido mal o un hermoso terrorismo?

Gotas celestiales plateadas quedan desinfladas por el parque. Varios caminantes muertos en este ataque, victimas necesarias para reconocer la escala del mensaje.
A mi espalda un rincón pacifico se mostraba inmutable; Los muchachos estaban pescando a orillas de un arrollo acompañados de un atardecer perfecto.

Cuando el espectáculo acaba descanso en el suelo acompañando a las chicas que antes habian llamado mi atención. Sintonizo una discusión: Una hermana quejandose de la otra porque la atrasaba en su hora de estudio. Se había cambiado de clase y lugar para que no la interrumpiera mas. La miro con mas concentración: habíamos salidos juntos algo que de alguna manera me cuesta recordar. Caminamos a una pensión, una casa de estudiantes. Subiendo las escaleras me encuentro con Marcela y finalmente pude entender porque siempre me topaba con ella y siempre enfatizaba su presencia; Habíamos hecho el amor en un cuarto alejado de una fiesta.
Solo podía entender eso de su mirada, tanto alcohol en esa noche y yo no recordaba nada.

Probablemente porque las cosas son cuando existe un recuerdo.
Recordar no requiere esfuerzo cuando hay interés.

Todo pasado es borrable sin la Memoria.

Gloo Boo

aguirrestebonjilamñam kioplaby zrajuicintedor

(Pulpo Fantasma)

miércoles, 4 de agosto de 2010

[L]



Sonreís
.
Y cuando te veo sonreír es imposible contener lo que puedo decir.

[ Podría decir cosas como:
"Todo peso se vuelve pasado",
"El olor de tu piel hizo cálido un invierno",
"En caminatas podía ver desde mi, una estirada sombra feliz"]

Una mesa nos reune.
Y ahora, sin percatarme, en un pestañeo, somos tres.
Cuando contigo hace un segundo todo se sentía bien.

_ Decime. Quiero escuchar lo que ibas a decir.

El tercero me mira.
Y por debajo de la mesa recibo una patada.

_ ¿ Que haces?
_ Callate.
Dice con tono serio, bajo y contundente.

_ Hey. Esta bien. Quiero saber.
Dice ella acercando su mano a la mía y mira con ojos curiosos de gato.

_ Callate.
Vuelve a repetir el Tercero.

_ ¿ Que estas haciendo? ¿ Me podes decir quien te invito a interrumpir el momento?
¿Vos entendes que estaba hablando y ella queriendo escuchar?
Iba a decirte que...

_ Callate. En serio; Callate.

Ella sonríe. Y como parte de un juego hace su movimiento:

_ ¿Que me vas a decir?