lunes, 11 de julio de 2011

Pequeño Mutante.

Pizza Time!

Hace una par de días encontré un dibujo junto con esta historia:

_¿Como te llamas?
_Sarah. Respondió con una voz delicada y con el encanto que puede tener la lengua Francesa.

_¿Como dijiste?
_Sarah. Repitió sonriendose con unos ojos oscuros y puntiagudos.

"Sagrá" El intentaba pronunciar bien su nombre.
Mientras que pensaba que mas podría preguntarle solo para escuchar su voz.

Sarah estaba de visita en la casa de sus primos;
Había llegado desde Francia con su Mamá.
Una niña preciosa de 7 años que había acaparado toda la atención de un niño de casi 9.

Existia entre ellos una barrera evidente: No compartian el idioma.
Los primos de ella, que a su vez eran también los de él,
tenían madre francesa y concurrían a una escuela francesa.
Ellos hacían de traductor mientras que era divertido.
Pero, a su tiempo, es mas fácil hablar con quien es fácil de entender.

Y así la distancia fue marcada con una linea entre los niños.

Una tarde entera viendo, desde lejos, a esa niña.
Ideando un plan para llamar su atención.

Si algo sabia hacer bien era dibujar; Había gastado una caja entera de marcadores pintando, a todo color, unas Tortugas Ninja que iba a mandar a un programa de la television.

Eso iba a funcionar! Pensó sonriendo. Le había llevado mucho tiempo; Estaba orgulloso de esos dibujos que sin duda, eran para él, los mejores que había hecho hasta el momento.

Y así, cuando termino el ultimo, paso por la casa de sus primos a entregar ese regalo.
Toca el timbre con ansiedad; Ya se había imaginado lo contenta que iba a estar.
Un espacio de ilusión sobre unas hojas empapadas de color.

Le atiende su tía que se extraña un poco por la visita del niño.
La casa estaba vacía; Se da cuenta mientras caminan unos pasos dentro de la misma.

_Y Sarah?

_ Salieron a pasear. Responde sin entender todavía que hacia el niño ahí.

_Ah... Le hice unos dibujos...

Ahí estaba la respuesta que buscaba su tía.
_ Se los doy cuando vuelva. Ella dice después de resolver el misterio.

La visita fue corta y para nada como él esperaba.
Supo que en un par de días viajaban volviendo a Francia.

Su corazón le suspiraba cosas que probablemente no era capaz de entender.
Como si hubiese corrido en una carrera sin ganadores ni premio.

Ojala que le gusten! Me encantaría saber cuanto le gustaron.
Quizás lo sepa antes de que se vaya...


Ese día no llego.
Y esos dibujos nunca salieron del lugar donde los había dejado.
Unos días después, cuando los vio con sus propios ojos, no lo pudo entender:

Cada cosa tiene su lugar.
Un propósito con el que tiene sentido.
Algo que existe para eso, y quizás para nada mas.

Paso un par de semanas, cuando un sábado por la mañana el niño volvió a sonreír cuando escucho su nombre y al acercarse a la pantalla vio que otro de sus dibujos estaba siendo mostrado en la television.

4 comentarios:

GonSaa dijo...

muy bueno señor.
Muy conmovedor y cargado de nostalgia y colores.

Ochopante dijo...

Muchas gracias por las palabras Gonza. Enserio :)

Nosotros dijo...

Yo vi ese programa!

Azul Piñeiro dijo...

Ya a esa edad entintabas bien... como te odio.
No, mentira: te adoro, eterno gurí.
Mua.