lunes, 11 de febrero de 2013

Fantasmas

Fui a buscarla a su casa.
Hace mucho tiempo que no salia de ahí.
Toda la casa estaba ocupada por una densa oscuridad.
La acompañaba Pablo, que estaba sentado en una silla y me dice en un susurro:

¿Te fijaste en las velas?

No había electricidad y la luz de las velas era tan débil como si estuviese moribunda.
Ella no quería salir y así, como la luz de esas velas era succionada por la casa,
así también sucedía con la vida de ella.
La tomo de la mano, ya no había ninguna otra forma de hacerlo.
Ella no dejaba de mirar atrás, y casi llegando a la puerta de salida, por las ventanas del patio interior, pude ver en un pestañeo el reflejo fantasmal de su Mamá acompañando, sobre el respaldo de una silla, a su Abuela sentada.

De repente me ericé pensando como nos dejamos atar por los recuerdos.

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