jueves, 4 de agosto de 2011

Cautiverio.

No era un viaje. Era una búsqueda.
Cuesta entender como uno puede perderse a unos pasos de donde estaba.
La estación que había dejado unas cuadras atrás ahora no se dejaba encontrar.
Ya estoy donde estoy y no hay atrás. Esta búsqueda tiene una dirección;
Aunque no me mueva se a donde apunta.
Estoy con un bolso y un celular que suena:

_ ¿Donde estas? Dice una voz femenina, conocida y lejana.

_No se. Respondo. No reconozco este lugar.

_ Pero... ¿Donde estas parado?

_Es que no podría decirte, cada paso que doy hace cambiar todo lo que se ve.
No hay carteles, ni señales. Si me doy vuelta lo que hubo desaparece.

_ Escuchame; ¡No vayas al este!
Anda al Noroeste, lejos del Sur y cuanto mas puedas del Oeste.

_ De que hablas? Al Este de que? Al Noroeste de donde?
¿Vos entendes que estoy dentro mio pero no se donde estoy yo?

_Tene cuidado por las calles del Este.
Ya nada amigable hay en caminar por caminar. ¿Donde te vas a quedar?

_ Recién acabo de llegar... Estaré donde encuentre lugar.
Gracias por acompañarme, espero poderme ubicar.

Hace días que una niebla gris desatura todo color y empaña lo visible.
Camino; No se puede hacer otra cosa que caminar. Al llegar a la esquina aparece una pista;Enlace
El teatro! El teatro esta abandonado! Lo habían inaugurado hace unos años y ya estaba abandonado? Tantas columnas soteniendo un techo que alberga vacio. Si este es el teatro que pienso tengo que volver atrás, avanzar pero desde donde vengo! Retroceder pero hacia adelante!

Un gris turbio era el mar.
Ahí estaba, cuando siempre fue un puente, ahora era un obstáculo.

¿Como hago? Me cuesta tragar, esa sensacion de haber tomado una pastilla y se queda a medio camino sin bajar. Necesito agua. Y frente a mi un mar inútil, no hay nada que se pueda tomar.

_Hey! Grita una chica desde la calle de enfrente.

Hey! A donde vas? No te recomiendo que camines solo por acá.
Hasta nosotros, que vivimos hace tiempo en este lugar, no podemos darnos el lujo de caminar por caminar. Ya no es seguro, y las manos que puedas encontrar poco tienen de amistad. Hasta el suelo es peligroso cuando decide desaparecer.

Veni conmigo. Fede me dijo que te viniera a buscar.

¿Fede? ¿Que Fede? Me pongo a pensar mientras que nos adentramos en un camino estrecho de paredes de paja. Verde... Siento un poco de verde vegetal tocando mi piel. Es inevitable suspirar cuando te toca un color, sobretodo el verde. Llegamos a una casa escondida entre las ruinas de una ciudad. Y al otro lado de la puerta pasamos a la cocina que nos ilumina con un gran ventanal.

No estábamos solos; Había otra chica sentada en la mesa. Compartian vestimentas hippies que acompañaban con una sonrisa cálida. Reposo frente al horno en el lugar mas incomodo que se pudiera elegir. No puedo levantar la cabeza porque el techo limita justo ahí.
Y así carisbajo me atrevo a preguntar:

¿De que Fede me hablas?

_Fede! Fuimos compañeros de clase!

Me estará hablando del Fede que me llevaba mal en el Liceo doce? Que luego se hizo Hippie y se dejo el pelo largo. Ese Fede que luego llegamos a entendernos y ocasionalmente compartir algún porro?

_ Disculpame; ¿De cual Fede me hablas?

_¡Fede! Soy yo! _ Ella dice sorprendida al ver que me era imposible recordar.

_ Fuimos compañeros de clase. _ Y dice su nombre. Un nombre que no tiene un lugar, un nombre que después de dicho fue fácil olvidar.

_ Estas perdido... Quedate acá.

Agotado cierro los ojos; Y desaparezco de esa realidad


Duermo.



Sueño.



Descanso.


Tiempo después, cuando despierto, lo hago en una excursión.

Desde la camioneta el día se presentaba iluminado por el sol.
¿Como describir lo bien que se siente este paseo? Las ventanas como pantallas que presentaban la delicadeza arquitectónica de una ciudad nueva. Era como un pueblo colonial.
Se conservaba en el tiempo con detalles y colores que solo podrían ser apreciados estando ahí.

El Guia, nos anuncia que vamos a bajar pronto.
La idea es dar un paseo por una calle que característica del lugar: "Riveraveniu"

Ese nombre se expande como eco desde mis oídos hasta el pensamiento...
¿Porque me suena tanto?

El grupo turístico se reune frente a un arco adornado con colores terracota y blancos relucientes. El guia nos hace una señal para invitarnos a pasar a un jardín.
Ya reunido el grupo me golpeo en la frente cuando intento avanzar; Una vez mas mi cabeza estaba muy cerca del techo, ahora, el techo del arco.
Cuando abro, los ojos luego de masajear un poco la frente,
todo dolor desaparece cuando me veo sobre un Potro marrón.
Ahora se entendía porque cada paso con altura era peligroso;
Estaba sobre un Potro salvaje!

Tengo que salir del camino;
Me estaba interponiendo entre la entrada y las demás personas. Así que decido entrar por algún costado, un camino alternativo donde no molestara y pudiera continuar.
Le doy un golpecito en el vientre al caballo luego de decidir la dirección. Temo un poco su respuesta, no se como pueda reaccionar; Es ahora que me controlo cuando soy consiente de que esta ahí. Que quizás siempre estuvo sin domar.

Desde unos metros se puede escuchar las palabras del Guia que continua con la parada turística; Habla de un General que tiempo después fue el primer presidente del país...

¡Ese nombre de nuevo!

Mi corazón se detiene:

¡Sal si puedes! Grito desde el pecho.

¡Me trajeron engañado!

¿Como llegue a este cementerio?

Hay que pensar que todo camino tiene una salida;
Solo hay que encontrarla. Te estoy buscando, aunque no quieras ser encontrada.
El paso del potro era limitado por un laberinto de lapidas.
Eran bajas pero lo suficientemente altas como para ser obstáculo.
Era imposible saltarlas por la limitada distancia que había entre ellas.

Y bajo un cielo azul el suelo se presentaba duro y gris. La única forma de continuar era descubrir el camino angosto que presentaba el laberinto.

Resignandome al cementerio, comenzaba a sonar "Pueblo Blanco" en mi cabeza. Dudo que hubiese canción mas indicada para acompañar los sentimientos que me inundaban.

Ahora entendía esta fantasía que intentaba borrar la realidad;
Cuando unos días atrás las gotas de una tormenta nocturna se acumulaban en mi cara. Mientras que mi padre intentaba sacarme de una zanja.




O.

2 comentarios:

conejoxxx dijo...

Excelente.

Ochopante dijo...

Gracias. Estuve viendo tu blog y da gusto encontrarse con quien tenga algo para decir. Saludos.