miércoles, 14 de julio de 2010

Puestos y Puentes

El puerto de montevideo.
No dejaba de mirar las camperas y abrigos de todos los que me rodeaban.
Listos para pasar de un barco a un bote, los colore me recordaban a la vestimenta de Hablable y me preguntaba donde podría conseguir colores así.
El día era completamente gris, nublado, y desaturaba los cascos de los inmensos barcos con su neblina.

En en centro del bote un Jipi bien Jipi de pelos largos, lentes y poncho tocaba la guitarra mientras era rodeado por la atención de todos. La noche va oscureciendo el escenario, me cuestionaba el sentido del viaje, ya con ganas de bajarme, el deseo se cumpliria quizás no de la mejor manera.

En un rincón del puerto, en el medio de la nada oscura, llegamos a una "plataforma cuarto". Y ya que mis ansias de bajar eran tan evidente para todos se ofrecieron a que los primeros pasos "en la tierra" los diera yo.

Llevaba mi campera beige bajo el brazo, un tanto con miedo al agua oigo un sonido: algo había caído. Reviso los bolsillos e inmediatamente meto el brazo al agua. El celular flotaba cerca, un poco sumergido. Funcionaba, pero todo mensaje y contacto había sido borrado.

El suelo de la plataforma estaba hundido unos centímetros bajo el agua y sentía que mi peso no ayudaba a la estabilidad de la misma.

Tengo miedo. Los otros están cerca y a la vez tan lejos.

Por favor ayudenme.
No quiero estar acá.
Por favor saquenme de acá.
Ayudenme!

Al verme aterrorizado me dan instrucciones de cuales son las baldosas estables: y paso a paso voy volviendo al bote mientras que los demás iba ocupando mi lugar en la plataforma. Pasos y pisadas buscando el equilibrio. Ellos preparando el lugar, la mesa, para una celebración donde la oscuridad se desprendía de la luz.

Y yo me volvía un observador frente a ellos sentado en el bote.

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