Estaba conviviendo con los últimos pedacitos de mi en el rincón del apartamento.
Esta vez un poco mas optimista y con música compañera en la computadora. Tocan la puerta y aparece una vecina que, sin mas vueltas, inspecciona el lugar. Se acerca y empieza a tocar el teclado compulsivamente. Le saco la mano y le pregunto con el mismo respeto de su acción:
_ Hey! ¿Que haces?
Me pide que apague o baje el volumen porque le molestaba el ruido.
"Yo no tengo que bajar nada." Pienso en voz alta.
_ El cuarto esta muy bien y el baño puede arreglase. Dice sin dar importancia a mi presencia.
_ ¿Podes recordarme cual es el sentido de tu visita? Le pregunto.
_ Estoy tazando el espacio, así informo a la inmobiliaria sobre el valor para venderlo.
_ ¿Tenes alguna relación con el dueño?
_ ¿Dueño? No. Mi propósito es vender la información. Me pagan por eso.
_ ¿Hay algo mas en que se te pueda ayudar?
_ No. No tengo interés que se sumen a mi negocio.
_ Claramente te estoy invitando a que te retires.
La puerta se cierra. El lugar esta blanco... vacío.
Entre todo ese blanco tomo un cartón igual de pálido donde había un boceto de Megatron.
"Que horrible que estoy dibujando!" Exclamo con un suspiro.
Las lineas, los ángulos, la perspectiva y ni hablar las proporciones; Todas terribles.
Quiero arreglar lo que ya esta hecho. Uso la peor goma existente; Que en vez de borrar crea unos manchones grises que ni siquiera otra goma podría borrar. Decido terminarlo con tinta y pintura. Así tapo todo manchón.
La primera pincelada hace un desastre. No hay manera de darle vida a ese boceto.
Escucho las voces de Juliete y Regina. Juliete me pareció que pintaba, mientras que, hablaban con su hija sobre el almuerzo.
Miro las manchas. Y las manchas me piden que juegue con ellas. Las estiro, las acaricio.
Hago pétalos de colores con mimos de colores dentro; Azules, violetas, purpuras y verdes, verdes de florero. Mis delicadas flores ahogadas.
Siento que mi cuadro tiene movimiento y vida. El agua que mato, ahora, mueve las flores.
Supuse que si quería hacer arte tenia que pintar flores.
Todo el blanco que me rodeaba se había convertido en un fondo, un jardín.
Y desde ahí aparece Cecilia Vignolo con un balde. Seguro preparaba una intervención artística.
A mi izquierda otra persona pintaba un espejo de su mundo. Cecilia mueve los elementos dentro del marco, los re ordena con una sugerencia activa. El balde que trajo estaba lleno de crustáceos; cangrejos, langostas y langostinos. Rojos y rosados, inmensos y la mayoría sin vida.
Me ofrecen el balde con los desechos. Sin darse cuenta algo se escondía entre ellos. No pasan inadvertidos esos ojos negros brillantes llenos de chispa. Es un langostino diferente;
Se incorpora y me dice timidamente; "Soy un ser de ciencia."
Me imagino que quisiste decir otra cosa: sin duda eres inteligente.
Y también como dijiste "digno" de estudio.
Esta cómodo conmigo. Sabe que mi curiosidad no tiene interés.
Su brazos son muy parecidos a los de una mantis; Con puntas puntiagudas.
Arañan como cuando un gato quiere subirse a tu falda y se engancha por tener las uñas largas.
Desde el fondo aparece un hombre y una niña. Tengo que cuidar al amigo de extraños y no entendidos. Cuando vuelvo a enfocar nuestro espacio noto que las ramas que nos protegían del sol eran también el hogar de una araña. Me cuesta incorporarme y mis nervios intentan alejarla.
Despierto con un grito cuando me salta en la cara.