lunes, 22 de diciembre de 2008

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Montevideo, 22 de diciembre de 2008

Monsieur Ochopante,

La vida es una sola laguna de tiempo, crecer sería entonces nada más que tener una excusa para no completar el destino, para no comprender el destino, para no asumir todos los libros, las enciclopedias, para no tener que armar el arbolito de navidad de uno mismo de sopetón. Para darnos el lujo de la ignorancia, cuando en el fondo ya todo lo sabemos.

La soledad, también es una sola, infinita y repetida mil veces, de individuo en individuo. Si algo nos une, si algo nos hace idénticos, indivisibles, es esa incapacidad de tocar con las falanges del alma el núcleo de plomo del alma de otro. Esa imposibilidad de compartir lo más profundo.

Y el amor, el amor un arlequín que entre ambas realidades se pasea infantilmente. Escribiendo con pluma propia en el libro de los silencios repetidos. Como si hubiera ignorancia, como si dos soledades dejaran de ser iguales al resto de las soledades para pasar a ser solo una duplicada y más calentita soledad. Su performance es, por cierto, la más imposible de todas, la más irreal, la más a contramano… y sin embargo (y por eso mismo también) la única que tiene derecho a ser verdad.


Feliz cierre de cuestiones anuales, Monsieur Ochopante.


Fog














martes, 16 de diciembre de 2008

lunes, 15 de diciembre de 2008

Devil Tomato



Una vuelta,
Un regreso irritado.

Y toda la decepción de un Amoroso.





LOS AMOROSOS

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.

Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.

Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre —¡qué bueno!— han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.

En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.

Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.


Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.

Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida.
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.





Jaime Sabines.



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martes, 2 de diciembre de 2008

Falling in...























... a Trap.

¿Por qué siento esta sensación de vértigo en el vientre?
Sigo terminando imágenes viejas, las que necesitan un final.

Es este mi presente: acabar.

¡Ya sera momento de lo nuevo, lo espero ansioso,
y vendrá luego de esa caída que advierte el estomago!



Cabezalada

¿ Por qué siento esta sensación de vértigo en el vientre? 
Sigo terminando imágenes viejas, las que necesitan un final.

Es este mi presente: acabar.

Ya sera momento de lo nuevo,
lo espero ansioso, y vendrá luego
de esa caída que advierte el estomago!

Martes para Marcianos.