Probablemente ayudó la brisa nocturna con perfume a albahaca. El balcón
amanecía con una estructura oscura e inmensa muy similar a un trípode
extraterrestre con tenáculos mecánicos. Algo se estaba preparando. Al
rato sigo con el orden y veo, desde ahí mismo, algo increíble y singular:
Nubes con formas de animales llenas de vida; zorros y conejos aparecían
corriendo por el horizonte desde la playa hasta finalizar Pereira. El
cielo se sigue dibujando con otros animales y mensajes de festejo cuando llamo a mis viejos a los gritos, pero quizás al no entender lo
magnifico del momento, llegan tarde. Me hubiese gustado compartir en vez
de contar. "No tenés que seguir mirando esto por mi.˝ "¿Eh? Esto me
encanta˝ Respondo conflictuado mientras que el cielo pasa a ser
una pantalla catastrófica cuando una nube con la densidad de una ola explota al romper provocando una tormenta.
Más tarde, y después de
muchos días de encierro, tengo que dar unas vueltas antes de volver a
Baires. Tomo un bondi sin conductor con destino a un lugar al que nunca
fui: Un hermoso Montevideo desconocido. Saludo a Leonardo: un viejo compañero de escuela que me reconoce con una
sonrisa. Bajo para disfrutar este nuevo espacio repleto de color y
posibilidades. Las calles me recuerdan un poco a Villa Urquiza pero con
el mar a la vuelta de la esquina. Pienso en Iara,
en búsqueda de un lindo café para venir a visitar juntos. Encuentro una
tienda de juguetes usados que es lo único que detiene la velocidad del
paseo. Había muchas cosas interesantes y aprovecho a descansar ya que,
hace mucho, los pies no estaban acostumbrados al calzado y duelen.
Frente a la vidriera estaba acompañado de un padre con hijo quien se
apoya en mi para arreglar su propio calzado. Es inaceptable. "Estoy
cansado˝ Dice justificandose y lo reconozco. Es una cara familiar de
Bellas Artes. Carezco de fraternidad frente a lo inaceptable.
Continuando el recorrido me inspira un viejo punky que venia cantando.
Decido, ahí mismo, cantar, bailar, y saltar... Salto. Salto muy alto. Salto tan alto
que tomo un pedazo de nube que estaba rascando la azotea de un
edificio. Estoy feliz, histérico. Río como un loco mientras que les
muestro a cada persona en la calle mi pedazo de cielo.
martes, 24 de enero de 2017
domingo, 15 de enero de 2017
Volquetero
Camino a la reunión, con ganas de buena charla y algo espirituoso, me
encuentro con un muy viejo compañero de secundaria. Estaba discutiendo
con un camión de basura automatizado. Aparentemente es su competencia.
Lucía un tanto diferente con un brazo mecánico igualito a una excavadora
y una mochila metálica donde compactaba lo que recogía... Aun mantenía
su melena larga y esa nariz enorme digna de un record guinness.
"¿No me digas que también vas pahí?
Dame una mano y arrancamos juntos.˝
Frente a un geriatrico intentamos persuadir a la gente de limpieza que nos cediera su basura. Una bolsa llena de desechos tóxicos donde las jeringas usadas atravesaban la misma. No iba a tocar eso. "Ayudame che˝ Dice aquel mientras que su mano mecánica fracasaba en llevar el paquete a su espalda.
Me aburro y me recuesto en el suelo de la calle frente a la puerta. (Parecía ahora la calle Alarcón)
La espera genera ansiedad, quiero irme. Y cuando me levanto lo hago firme, estirado y desde los talones, cual vampiro que se levanta de su tumba.
Las abdominales estaban rindiendo frutos... ¡Si supiese que podía hacer esto lo haría todo el día!
"Uuhhh... ¡que loco! Mira, yo también se hacer algo raro." De su bolsillo saca un álbum, una secuencia de fotos, de él mismo, estático como estatua, mientras que el sol dibujaba con su sombra el paso de las horas. Cada pagina es una secuencia del paso del tiempo...
Son muchas... Es interminable.
Me enferma enloqueciéndome...
Despierto.
"¿No me digas que también vas pahí?
Dame una mano y arrancamos juntos.˝
Frente a un geriatrico intentamos persuadir a la gente de limpieza que nos cediera su basura. Una bolsa llena de desechos tóxicos donde las jeringas usadas atravesaban la misma. No iba a tocar eso. "Ayudame che˝ Dice aquel mientras que su mano mecánica fracasaba en llevar el paquete a su espalda.
Me aburro y me recuesto en el suelo de la calle frente a la puerta. (Parecía ahora la calle Alarcón)
La espera genera ansiedad, quiero irme. Y cuando me levanto lo hago firme, estirado y desde los talones, cual vampiro que se levanta de su tumba.
Las abdominales estaban rindiendo frutos... ¡Si supiese que podía hacer esto lo haría todo el día!
"Uuhhh... ¡que loco! Mira, yo también se hacer algo raro." De su bolsillo saca un álbum, una secuencia de fotos, de él mismo, estático como estatua, mientras que el sol dibujaba con su sombra el paso de las horas. Cada pagina es una secuencia del paso del tiempo...
Son muchas... Es interminable.
Me enferma enloqueciéndome...
Despierto.
miércoles, 11 de enero de 2017
Ratones y Gatos
En el silencio y la soledad sentí su presencia. Estaba estático, pudo haber pasado desapercibido, pero lo vi. Era un lindo ratón paseando sobre el televisor. Se me ocurrió mirar bajo la mesa redonda del comedor, ahí donde decenas de ratones, acoplados entre ellos, estaban en total silencio a la espera de mi acción. Tenía que sacarlos, habían comido gran parte del soporte de madera. Era cuestión de tiempo para que el centro de mármol colapsara rompiendo todo. Voy a la cocina y busco el rociador de agua para humedecer plantas. Modifico su abertura, lo pruebo, ahora el chorro sale y se siente como una aguja de agua. Los ratones me quieren engañar convirtiéndose en gatitos. Lo siento, también eran hermosos como ratones, y aun siendo gatos, son un problema. Abro el ventanal de la terraza y todos escapan, algunos subiendo por la azotea. Estoy conflictuado intentando entender todo. Dudo de que cada cosa sea lo que parece. Rosa, quien había muerto hace un par de años, detiene su descarado griterío hacia Regina al observar los besos que me daba un gato sin nombre que convivía con nosotros hace mucho. Recuerdo que, en esta misma casa, tengo otros gatos más que se esconden y aparecen solo en rincones específicos como fantasmas. Voy a arreglar la cama y, debajo de las sábanas, aparece una gatita gris. Huele una mano y entiende donde estuve. No recuerdo si le hablé pero ella me dice: No hagas ruido, cerra la puerta y quedate conmigo. Nada es lo que aparenta ser. Nunca fueron gatos, ni ratones, ninguna de estas apariciones.
viernes, 6 de enero de 2017
X-men Nostalgia
Conocí a los Hombres-X a través de un juego de cartas Cromy acompañando al Hombre Araña. En ese momento no lograron interesarme con el primer uniforme como se los conoció. Luego de mucho tiempo, allá por el año 92, vi en un estante una tapa que me marcaría hasta este presente: Una nueva formación de la Patrulla X enfrentaba a dos colosos mecánicos que me recodaban a unos personajes de uno de mis libros de cuentos preferidos: "Dos glóbulos en apuros˝. Este numero de la Patrulla ( Uncanny X-men 202) era un especial de Secret Wars II. De ahí en mas, esta nueva encarnación de los mutantes fue mi obsesión; sobretodo mas tarde cuando vi el Arcade de X-men hecho por Konami (1992). Este dibujo debe de tener mas de quince años, y decidí pintarlo hoy; es una reinterpretación que hice de otro dibujo que hice en 1993 en plena obsesión con estos personajes que tantas alegrías me dieron. Básicamente es una mezcla random de todo lo que conocía en esa época sobre ellos.
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