El decía poder manejarlo todo. Con una sonrisa elegante tomo las riendas de un corcel de 2 patas. Arrre!! Gritó arrastrando las erres al mismo tiempo que el corcel raspaba su lomo contra el pedregullo. Arrrrrre!! Se respiraba polvo... la garganta estaba seca y en su bolso había una botella de gargajos frescos junto con una jeringa usada. Arre! Que quiero continuar! He sobrevivido a una sobredosis de realidad!
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