domingo, 31 de diciembre de 2006
Costras
He re-aprendido algo que siempre olvido; no rascarme las costras. Una herida no va a sanar como corresponde si uno la tiene tan presente. Cuidado con exigirnos mucho, o muy poco. Hay un momento para que toda costra caiga sola, para que el dolor desaparezca y sea solo un recuerdo.
Ser feliz, en gran parte, se basa en ser valiente.
Hay que estar abierto al dolor, y que duela si es necesario.
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