miércoles, 26 de noviembre de 2014

MAD MEN

Aparentemente yo era Ken Cosgrove.
Iba junto a un cliente a una reunión de negocios a un café mega cheto. Le mencionaba que no me interesaba comer ahí. Vino la encargada junto a una moza para ver que íbamos a ordenar. Le dije claramente que no quería nada del menú, solo quizás, que la moza se sentara con nosotros. Ella accede. La encargada enfurece con insultos, la chica renuncia justo cuando recibimos un llamado y tenemos que volver a la oficina. Lo siento, otra vez sera. Nos alejamos de una mesa donde queda ella sola.

En la agencia, Peggy, reposaba en su escritorio esperando un llamado. Hacia muchisimo calor, era tan desesperante que yo andaba en calzones slip blancos. Me noto mas panzón, y suspiro a la vida de casado. Trato de prender el aire acondicionado de Peggy pero este hace cortocircuito, ahora hace mas calor aun.

Estoy desesperado, las secretarias tratan de respetar mi ansiedad y el loco momento de calor. Estoy perdiendo la cordura, me esta matando el calor. Corro a una habitación distante, tiene un sendero de pasto que da a una ventana justo en la esquina. Esa ventana es un cuadro al cielo, ¿es un espejo también?

Me quiebro, caigo de rodillas, y lloro. Veo los impecables zapatos de quien supongo es Pete, quien me dice que un tercio de nosotros, los argentinos, somos así. ¿Infeliz? ¡Yo no soy argentino Pete!

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