En una mañana de domingo decidimos con la pelada
ir costeando hasta valizas desde aguas dulces.
Y luego de haber comido un poco de arena, y casi a la mitad de nuestro destino,
se avecinaba una batalla para continuar:
Un Cangrejo nos reclamaba peaje.
Cosa que yo sabia era una escusa para reprocharme la muerte de su hermano en mi oído;
Hecho que sucedió unos años atrás cuando sin querer destruí un caracol donde habitaba;
Naciendo un pacto,una relación simbiotica, donde el viviría en mi oído, mientras que seleccionaba las palabras que entraban en los mismos...
Bastante malhumorado este Cangrejo, a decir verdad,
no le gustaba ninguna visita, nadie era bienvenido a mis oídos.
Cuando olvide su nombre este murió...
Fue toda una tragedia, pero no fue llorada por nadie.
Se que no me quitas la mirada,
que si me acerco demasiado te caes de espaldas.
Se que sabes que ya no hospedo malhumores,
que traigo semillas y nuevas flores al jardín.
PD: gracias amiga